Siempre habrá alguna. Siempre las tendremos a la mano, y si no dejamos de pensar ni empezamos a hacer, a diario irán surgiendo excusas, las mal llamadas razones, para no emprender nuestra idea de negocio.
Y resulta, que a diferencia de las razones, las excusas no tienen ningún fundamento; sí, así es, las excusas son simples justificaciones que nos damos para no hacer, para no empezar y para no creer. Y en el caso de aquellos que quieren crear su propia empresa, las excusas se han convertido en esa herramienta efectiva que justifica su falta de compromiso, dedicación y empeño.